En el sector hostelero, la elección de un buen menaje es fundamental para garantizar la durabilidad y la presentación de cada plato. La porcelana vitrificada se ha consolidado como una opción destacada debido a sus propiedades técnicas y estéticas. Sin embargo, la porcelana tradicional sigue siendo apreciada por su elegancia y solera.
Desde Mestral SH, como distribuidores especializados en menaje y productos para hostelería, te proporcionamos una comparativa detallada para ayudarte a tomar la mejor decisión para tu negocio.
¿Qué es la porcelana vitrificada?
Las cerámicas vidriadas son productos cerámicos que han sido sometidos a un proceso de vitrificación, el cual implica una cocción a altas temperaturas que fusiona los componentes cerámicos, dando como resultado una superficie no porosa, brillante y altamente resistente. Este proceso mejora significativamente la durabilidad y la resistencia al desgaste, haciéndolas ideales para entornos de alta demanda como la hostelería.
Uso típico en cadenas hoteleras y restaurantes de alta rotación
La porcelana vitrificada en hostelería se utiliza en gran medida en establecimientos con alta rotación de clientes, como cadenas hoteleras y restaurantes con muchos clientes. Su resistencia a impactos, facilidad de limpieza y apariencia estética la convierten en una elección preferida para mantener una presentación impecable y reducir los costes de reposición.
¿Qué entendemos por porcelana tradicional?
La porcelana tradicional de venta profesional se refiere a la cerámica elaborada mediante métodos convencionales, utilizando materias primas como caolín, feldespato y cuarzo, y sometida a una cocción estándar. Aunque ofrece una estética clásica y elegante, su resistencia y durabilidad pueden ser inferiores en comparación con las opciones vitrificadas, especialmente en entornos de uso intensivo.
Materias primas y cocción estándar
La porcelana tradicional se fabrica a partir de una mezcla de caolín, feldespato y cuarzo, cocida a temperaturas que oscilan entre 1.200 y 1.400 °C. Este proceso produce una cerámica blanca, translúcida y de textura fina, valorada por su apariencia refinada y su tacto suave.
Diferencias clave a nivel técnico
Las diferencias entre porcelana vitrificada y porcelana tradicional son significativas en términos de resistencia, durabilidad y mantenimiento, aspectos cruciales para el sector HORECA.
Resistencia al impacto y al astillado
La porcelana vitrificada ofrece una mayor resistencia al impacto y al astillado debido a su estructura densa y no porosa. Esto la hace más adecuada para entornos donde el menaje está sujeto a un uso intensivo y a manipulaciones frecuentes.
Comportamiento ante choque térmico (UNE-EN 12875-1)
Según la norma UNE-EN 12875-1, la porcelana vitrificada muestra una excelente resistencia a los choques térmicos, soportando cambios bruscos de temperatura sin sufrir daños. En contraste, la porcelana tradicional puede ser más susceptible a agrietarse o romperse bajo condiciones similares.
Peso, grosor y estética (acabado, brillo, color)
La porcelana vitrificada tiende a ser más delgada y ligera, con un acabado brillante y uniforme que facilita la presentación de los alimentos. La tradicional, aunque más pesada y gruesa, ofrece una estética clásica y elegante, con una variedad de acabados y decoraciones.
Ventajas y desventajas para el sector HORECA
Las ventajas de la porcelana vitrificada incluyen su alta durabilidad, resistencia a impactos y facilidad de mantenimiento, lo que reduce los costes operativos a largo plazo. Sin embargo, su precio inicial puede ser más alto. La tradicional, aunque más económica inicialmente, puede necesitar reemplazos más frecuentes debido a su menor resistencia.
Durabilidad y ciclo de vida (ROI)
Las propiedades de la porcelana vitrificada contribuyen a una mayor durabilidad y un mejor retorno de inversión (ROI) en el sector hostelero.
Coste de reposición y rotura anual promedio
La porcelana vitrificada presenta una tasa de rotura anual más baja en comparación con la porcelana tradicional, lo que se traduce en menores costos de reposición y una mayor vida útil del menaje.
Presentación y percepción del cliente final
La apariencia impecable y el brillo de la porcelana vitrificada mejoran la presentación de los platos, lo que puede influir positivamente en la percepción del cliente y en la experiencia gastronómica general.
Mantenimiento y limpieza
Al comprar vajilla de porcelana vitrificada, se obtiene un producto que demanda menos esfuerzo de mantenimiento y ofrece una mayor resistencia a las manchas y a los productos químicos.
Resistencia al lavavajillas industrial (> 1 000 ciclos)
La porcelana vitrificada está diseñada para soportar más de 1.000 ciclos en lavavajillas industriales sin perder su brillo ni integridad estructural, lo que la hace ideal para entornos de alta demanda.
Recomendaciones de temperatura y detergentes profesionales
Es recomendable utilizar lavavajillas neutros y evitar temperaturas extremas en los ciclos de lavado, para mantener la calidad de la porcelana vitrificada. Esto asegura la longevidad y la apariencia del menaje.
Normativas y seguridad alimentaria
Los proveedores de porcelana vitrificada para hostelería deben cumplir con estrictas normativas de seguridad alimentaria para garantizar la idoneidad de sus productos.
Legislación europea (Reglamento (CE) 1935/2004 UNE-EN 12983)
La porcelana vitrificada debe cumplir con el Reglamento (CE) 1935/2004 y la norma UNE-EN 12983, que establecen los requisitos para materiales en contacto con alimentos, para garantizar la seguridad y la calidad del menaje utilizado en la hostelería.
Marcado CE y certificaciones de aptitud alimentaria
El marcado CE y otras certificaciones de aptitud alimentaria son indicadores de que la porcelana vitrificada cumple con los estándares europeos de seguridad, garantizando su idoneidad para el uso en establecimientos hosteleros.
Sostenibilidad y huella medioambiental
La porcelana vitrificada destaca por su durabilidad y menor impacto ambiental en comparación con otros materiales, lo que la convierte en una opción sostenible para la hostelería.
Consumo energético en fabricación
Aunque la fabricación de porcelana vitrificada requiere un consumo energético significativo debido a las altas temperaturas de cocción, su larga vida útil compensa este aspecto, reduciendo la necesidad de reemplazos frecuentes.
Reciclabilidad y fin de vida útil
La porcelana vitrificada es reciclable y, al final de su vida útil, puede ser procesada para la fabricación de nuevos productos cerámicos, contribuyendo a una economía circular y sostenible.
Conclusión: ¿qué tipo de porcelana elegir?
Si estás valorando ofertas de vajilla porcelana vitrificada, analiza bien lo que demanda tu negocio. Para un servicio ágil, resistente y con buena imagen de presentación, este tipo de pieza técnica es una inversión rentable.
En Mestral SH te ayudamos a elegir el formato, el grosor y el diseño más adecuado según tu volumen de comensales y tipo de cocina.
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